Cálculo de la huella de carbono a nivel de empresas ha sido lento

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El Mercurio (Ediciones Especiales)

Nuestro país no es un emisor relevante de gases de efecto invernadero (GEI). De acuerdo a estadísticas de la Agencia Internacional de Energía, que consideran solo las emisiones nacionales de CO2 por combustión de hidrocarburos, su aporte al total de emisiones es aproximadamente el 0,26%.

Si bien este porcentaje se ha mantenido estable, en un documento más reciente de esta entidad, Chile aparece en el lugar 61° en el mundo respecto a las emisiones per cápita de CO2 para el año 2008, con un valor de 4,35 ton CO2/habitante, ligeramente por sobre el promedio mundial de 4,23 ton CO2/habitante.

No obstante, las emisiones de nuestro país están aumentando de manera importante, principalmente por el crecimiento del sector energía. En este contexto, las empresas juegan un papel determinante y muchas de ellas, en especial las que exportan, como las viñas, se han tomado el tema con gran seriedad debido a las exigencias de los mercados de destino.

Gonzalo Asencio, gerente general de Gisma, Gestión de Información y Seguimiento Ambiental, explica que la medición de la huella de carbono es un tema cuya importancia irá creciendo en el tiempo. «El problema es real, y va a llegar el momento en que una empresa que no se haga cargo de este aspecto no podrá sobrevivir».

Al respecto, comenta que como la medición de la huella de carbono es voluntaria, está afecta a las prioridades del momento y, en ese sentido, la actual situación económica no ha ayudado para que más compañías tomen medidas al respecto. «La estandarización del cálculo de la huella de carbono a nivel de empresas ha sido bastante lenta y no se ha generalizado».

Y agrega: «Recientemente se publicó un estudio que señala que las empresas que miden la huella de carbono tienen un rendimiento 5% mayor respecto de aquellas que no se hacían cargo de este tema. En la práctica, como los beneficios económicos son indirectos, muchas compañía, que tienen una mirada de corto plazo, la medición no es interesante».

Hans Willumsen, gerente ambiental de la consultora ambiental, señala que las empresas tienen que cambiar y mejorar su desempeño. «Pese a algunos cuestionamientos que han surgido en el último tiempo, la evidencia científica es irrefutable y el cambio climático es una alteración de la temperatura producto de la actividad del hombre, en especial la quema de combustibles fósiles».
Lo cierto es que nuestro país ha sido exitoso en el uso de algunos mecanismos del Protocolo de Kioto, como el MDL, existe una institucionalidad, en especial los ministerios de Medio Ambiente y Energía están trabajando por canalizar y estandarizar las emisiones de GEI, además en el mercado convive una importante cantidad de consultoras ambientales que se dedican a este tema.
Huella de proveedores

En nuestro país las prácticas de la medición de la huella de carbono se aplican principalmente para un producto o una empresa, en especial para ver cuál es el nivel de impacto que tienen en el medio ambiente, en particular en las GEI, y eso se toma como un indicador general de su operación. Si bien en este tema hay mucho de marketing verde, reconoce Asencio, lo importante, a su juicio, es que las compañías tomen medidas para reducir su huella de carbono. «De hecho, los inversionistas prefieren invertir en empresas de miden su huella de carbono porque tienen más posibilidades de ser sustentables en el tiempo como entidad productiva».

Sostienen los expertos de Gisma que para hacer un cálculo completo de la huella de carbono de una compañía o producto se debe incluir información de los proveedores, aspecto que en nuestro país debe avanzar.

Advierten que si las empresas quieren calcular bien su huella de carbono deben considerar a sus proveedores y como sus proveedores son, en su mayoría pymes, no pueden hacerlo por un tema de recursos. En este sentido, destacan el sitio web que la autoridad ha puesto a disposición de la ciudadanía porque funciona como una calculadora de huella de carbono».

Willumsen precisa que es una herramienta interactiva que permite en poco tiempo, medir el impacto de las actividades, consumos y hábitos de las personas. «Incluye, también, un conjunto de consejos y prácticas para reducir o mitigar las emisiones».

http://www.edicionesespeciales.elmercurio.com/hoy/detalle/index.asp?idnoticia=201311221439317&idcuerpo=1209)

 

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