Fuente: El Mercurio.- Hace 12 años comenzó a funcionar la primera planta desaladora para consumo humano del país. En el desértico paisaje de Antofagasta, donde las precipitaciones son casi nulas y, por tanto, la provisión de agua potable ha sido tradicionalmente un desafío, los 600 litros por segundo que entrega desde 2003 la planta desaladora satisfacen el 60% del consumo de los habitantes de la capital regional. El resto es extraído desde acuíferos.
En 2007, una segunda planta comenzó a operar en Taltal, con una capacidad de 5 litros por segundo, a las que se suman aquellas construidas por las empresas mineras para satisfacer sus necesidades productivas en el norte, y que tienen en carpeta proyectos por unos US$ 10 mil millones para casi triplicar las actuales nueve a un total de 25.
Sin embargo, la severa sequía que azota al país desde hace una década provocará un fuerte impulso en los próximos años a este tipo de industria destinada al consumo humano. Y no solo en la zona más árida del país, sino que también en aquellas que hasta hace poco nunca habían necesitado una.
El 24 de marzo pasado, como parte del Plan Nacional para la Sequía, la Presidenta Bachelet anunció entre las medidas de largo plazo la construcción de seis plantas desaladoras para resolver el problema del abastecimiento del recurso.
Estas se ubicarán en algunas de las zonas con mayor escasez hídrica del país, como Arica (Azapa), Copiapó, Petorca, La Ligua, la cuenca del río Choapa y la cuenca del río Limarí. Junto a ellas se instalarán plantas microdesaladoras en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Maule y Biobío.
Para el presidente de la Asociación de Empresas Sanitarias, Guillermo Pickering, si bien el sector apoyará la construcción de esa infraestructura, es necesario consultar a las comunidades de las zonas donde se emplazarán los proyectos. “Hay que hacerlas. En el sur también hay algunos proyectos, pero primero hay que agotar otros medios, como construir pequeños embalses y lograr acuerdos entre los usuarios para un uso más eficiente del agua”, sostiene.
De las plantas anunciadas, la primera que podría entrar en operaciones sería la de Atacama, a fines de 2017, para abastecer a Caldera -donde estaría instalada-, Chañaral, Copiapó y Tierra Amarilla. La iniciativa se encuentra ingresada en el Sistema de Impacto Ambiental.
US$ 375 millones: es la inversión que totalizaría la construcción de las plantas desaladoras proyectadas en el país.
$105 mil millones: en todo Chile contempla para 2015 el Plan Nacional para la Sequía.
194 comunas del país: han sido declaradas Zonasde Emergencia Agrícola.